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Radiadores ceramicos

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Los radiadores cerámicos pueden ser la compra que buscas para combatir las épocas del año de más frío. Estos elementos de climatización eléctricos se pueden reubicar por las distintas estancias del hogar, proporcionando el calor necesario para ofrecer una temperatura apropiada en cada caso. 

Una pareja se protege del frio con el radiador de cerámica blanco.
Una estancia moderna que incluye un radiador de cerámica.

¿Qué es un radiador cerámico y cómo funciona? 

El radiador cerámico es un calefactor eléctrico que utiliza placas de cerámica para generar y almacenar calor. El funcionamiento es sencillo: la electricidad calienta la cerámica, que acumula energía térmica y la libera de manera gradual al ambiente, manteniendo la temperatura estable. 

Este sistema propicia que el radiador no tenga que encenderse constantemente, lo que reduce el consumo eléctrico y proporciona un calor homogéneo y duradero. 

Características de los radiadores cerámicos 

Los radiadores cerámicos se caracterizan por su capacidad de acumular y retener el calor gracias a las placas o resistencias de cerámica en su interior. Esto les permite seguir emitiendo calor incluso después de apagados, ofreciendo un calor más estable y confortable. 

La capacidad cerámica para acumular calor hace que radiadores cerámicos sean eficientes energéticamente, por eso necesitan menos ciclos de encendido/apagado. Por otro lado, el calor que desprenden es homogéneo y duradero, de este modo se evitan picos de temperatura y se consigue una estabilidad. El hecho de no alcanzar grandes temperaturas externas que proporciona seguridad. Además, este tipo de radiadores cuentan con un diseño funcional, compacto y fácil de reubicar que permite integrar en todo tipo de habitaciones sin dañar su estética. 

¿Cuánto consume un radiador cerámico? 

Un radiador cerámico suele gastar aproximadamente lo mismo que otros radiadores eléctricos de la misma potencia si funciona de manera, pero gracias a su capacidad de acumular calor y mantenerlo tras apagarse, reduce los ciclos de encendido y, por tanto, ahorra algo de energía.  

Por ejemplo, un radiador cerámico de 2000 W consume, al igual que un radiador negro, 2 kWh y uno de 1500 W, sea un radiador blanco o uno de cerámica, consume también 1,5 kWh. Aunque los radiadores cerámicos son los más eficientes repartiendo la energía. 

Una mujer se calienta las manos en el radiador de cerámica blanco de su hogar.

Una mujer mira el móvil mientras se protege del frio con un radiador de cerámica.

¿Tardan mucho en calentarse los radiadores cerámicos? 

Los radiadores cerámicos tardan un poco más en alcanzar la temperatura máxima que un radiador eléctrico convencional, porque primero necesitan calentar las placas de cerámica. Sin embargo, esta ligera demora se compensa con su capacidad de retener y liberar calor de forma gradual, ofreciendo un confort más uniforme y constante incluso después de apagarlos. 

Si te preguntas: ¿Cómo mantienen el calor los radiadores cerámicos apagados? Es sencillo, ya que simplemente la cerámica interna acumula energía térmica mientras el radiador está encendido y la libera de forma gradual al ambiente sin importar si está o no conectado. 

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