Bicicletas eléctricas

Montar en bicicleta es una de las actividades cardiovasculares más completas y saludables. Sin embargo, no siempre se cuenta con la fuerza o la resistencia necesaria para pedalear largas distancias o subir cuestas pronunciadas. En estos casos, las bicicletas eléctricas son una excelente alternativa: te permiten seguir haciendo ejercicio y fortaleciendo las piernas, con la ventaja de contar con una asistencia extra cuando más lo necesitas, sin perder los beneficios físicos ni mentales que ofrece esta práctica. 

Rodar en bici mejora tu sistema cardiovascular, la resistencia física y el sistema inmunitario, además de ayudar a fortalecer los músculos y a mantener un peso saludable. En el plano mental, favorece la concentración y reduce los niveles de estrés. Descubre los distintos tipos de bicicletas eléctricas disponibles, de modo que puedas elegir la que mejor se adapte a tu ritmo de vida y necesidades.

Tipos de bicicletas eléctricas y sus principales ventajas 

A menudo se piensa en las bicicletas eléctricas urbanas que ofrecen muchas ciudades para uso compartido, pero el mercado ofrece una amplia variedad de modelos diseñados para distintos usos: 

• Bicicletas eléctricas de carretera: Existen con motor central (integrado en el cuadro) o con el motor en el buje, normalmente de la rueda trasera. Están diseñadas para trayectos largos y rendimiento. 

• Bicicletas eléctricas urbanas: Perfectas para desplazamientos diarios en ciudad. Muchas de ellas son plegables, lo que facilita su almacenamiento y transporte. 

• Bicicletas eléctricas de gravel: Ideales para caminos de tierra o superficies irregulares, combinan características de las urbanas y las de carretera. 

• Bicicletas eléctricas de trekking o polivalentes: Con una geometría similar a las mountain bikes, son muy versátiles y aptas para múltiples tipos de terreno. 

Además de los beneficios físicos y mentales, estas bicicletas también tienen ventajas medioambientales: son un medio de transporte sostenible, no contaminan ni emiten gases como el CO₂. Otro punto a favor es que pueden utilizarse como una bici convencional cuando se desea, o activar la asistencia eléctrica solo cuando se necesite. 

No requieren seguro ni permiso de conducir, ya que su velocidad máxima con asistencia es de entre 25 y 30 km/h, lo que las convierte en una alternativa segura y práctica frente a otros vehículos motorizados.